martes, 13 de septiembre de 2011

Clientes

Aunque tal y como están sucediendo las cosas y lo sarcástica que me siento hoy, la entrada bien podría haberse llamado: Clientes, esa raza a erradicar.

Pues si! Los clientes van y vienen. Te marean, exprimen y confunden. Pero sobre todo donde dije digo, digo diego.
Vayas a donde vayas y preguntes a quien preguntes, todo áquel que ha tenido contacto con los famosos clientes te dice lo mismo, es lo que hay. Ellos son así, confusos y difusos, metamórficos, cambiantes, insaciables y.... y a veces rácanos.

Y tienes que desarrollar una habilidad completamente nueva llamada diplomacia o, según mi fiel ayudante, mano izquierda.
Si señores, mano izquierda, también conocida como paciencia infinita, tolerancia, asertivismo y un largo etc de cosas que nunca han formado parte de mis virtudes.


Pero como creo que siempre he dicho en este blog (y si no, lo digo ahora) de todo se aprende. De absolutamente todo, incluso de las grandes cagadas de la vida.
Para todo hay una primera vez y algo así me sucedió a mi con este trabajo. Que todo era nuevo.

Por primera vez en mi vida tuve que poner precio a mi trabajo, contratar a otros profesionales, hacer fitting, pruebas de maquillaje, localizar y tratar con mi cliente para que estuviera informado y tuviera control absoluto en el proceso de creación.

Como todas las primeras veces fue una experiencia rara. Intentas transmitir la mejor imagen de tí mismo, la más profesional y no dejan de asaltarte las dudas. Quieres que te traten como un igual, que valoren tu trabajo y que confíen en ti para que te den libertad creativa. Y estás pensando en tantas cosas para que todo salga bien que al salir de la reunión ya no sabes ni que sensación tienes en el cuerpo, si ha ido bien o si ha sido un fracaso.

Y así es como me quedo. Me asaltan las dudas. Tomé unas decisiones pensando que eran lo mejor, pero ahora ya no lo tengo tan claro.

Mi trabajo era el siguiente. Tenía que hacer unas fotografías para la página web de una marca de zapatos: Emma Go.
La decisión mas importante que tomé fue que trabajaríamos en exterior. De 10 de la mañana hasta que termináramos y abarcar así diferentes tipos de luz solar.

Fue un error? Me dejé llevar demasiado por mis preferencias personales y omití los gustos de mi cliente?





12.30 - 13 p.m.



15 p.m.





17.30 p.m.






19 p.m.

Como salta a la vista, la luz no es la misma en todas las fotos. Algunas son mas intensas que otras, las sombras, el color, todas son diferentes entre sí.
El punto positivo que veo, la luz es diferente como lo son los estilismos. La chica va vestida diferente, crea situaciones diferentes, por lo tanto el ambiente y a luz son diferentes.

Punto en contra, mi cliente comentó que eran poco homogéneas. Yo me escudé diciendo que era normal, habíamos trabajado durante todo el día y era lógico que la luz no fuera la misma. Y ahi viene mi duda...

Debí haber hecho las fotos en estudio? Decidí hacerlas en exterior por mi propio ego? Está claro que te contratan porque les gusta tu estilo personal, tu visión, pero, acaso no podría haber hecho un buen trabajo dentro del estudio? O estaba asustada ante esa posibilidad y decidí ir a lo seguro, a lo que sé que controlo 100%?

Ahora me asaltan muchas dudas y sé que voy a ir resolviéndolas poco a poco. Pero es una putada darte cuenta tarde de que quizás has metido la pata...

Sólo puedo confiar en el dicho ese...La experiencia es la madre de la ciencia!


Web con mis fotos y los productos:

http://www.emmago.com/#!

Mi web personal con el resto del trabajo completo (Catálogo):

http://ainabuforn.com/work/emmago_winter2011.html