martes, 28 de mayo de 2013

Estudio fotográfico: Y llegaron las fallas

Parece que cuanto más digo "oh god, soy así de engreída y nuuuunca voy a hacer bodas, ni comuniones, ni falleras. Si me toca trabajar con falleras me mueeeeerooo", más en mi contra se pone ¿el destino?. El caso es que me meo de la risa ahora al pensar en todas las chorradas que he dicho.
Tal y cómo me pasó con las fotos de las novias me pasó con las falleras. Pero lo mejor de esta parte es que sí obtuve beneficio prácticamente inmediato.

Empecemos. Le pedí a la hermana de una amiga que se vistiera de fallera para empezar a practicar y en caso de que tuviera clientes, poder enseñarles algo. No son las mejores fotos de fallera ni las mejores fotos del mundo puesto que, friki de mí, trabajé con un solo flash. Pero este fue el resultado:





Me apeteció teñir el blanco y negro, no sé, para probar. Una idea feliz. No estoy descontenta con el resultado, quizás era mi subsconsciente que quería restarle dramatismo a la luz.


Y lo más guay de esto es que los clientes no tardaron en llegar. Los primeros, una parejita de hermanos monísimos. Y también fueron mis primeros niños. Eran tan adorables que salí del estudio pensando: "esto va a ser to fácil". Que rápido me hago ilusiones...

El resultado:






 

 Efectivamente, eso fue pan comido en comparación con los siguientes clientes. Dos familias de falleros al completo! 
Señores! Que mi estudio es chiquitín!!! 








Después de esto, como es natural, las comuniones ya no me daban ningún respeto!

Me hizo llamó la atención mucho un detalle. En las fotos de los últimos clientes, coloqué el fondo blanquito con las flores para jugar con las altas luces. Y vaya, resulta que a las madres no les gustó. Prefieren el fondo rojo y que las fotos tengan más potencia y textura. Por un lado sorprendida y por otro contenta. Así puedo sentirme más libre de experimentar (y las fotos no quedan tan pastelonas).

Y en el próximo episodio.... 


Comuniones!

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